Con total conocimiento de causa, después de haber perdido las ganas y el sentido de la vida, logré sobreponerme, hallar respuestas y darme cuenta que la vida tiene un sentido extraordinario, más allá de producir, producir y producir para consumir, consumir y consumir.

Todos y todo está aquí por un propósito que solo cada uno puede cumplir. No existe nadie más en el mundo que pueda llevarlo a cabo, sino lo haces tu.

Y, a pesar de que da mucho susto por la responsabilidad que lleva, genera una enorme felicidad porque sabes que ocupas un lugar de privilegio en esta existencia. Eres alguien, alguien importante y fundamental para el presente.