Cuento No. 17: EL PLAN DE TU ALMA ¿Será cierto tal “Disparate”?
- Paulina Villegas
- 22 ene 2023
- 7 Min. de lectura
Tengo que confesarles que me reí mucho poniendo este título porque pensaba en mis padres, en mis suegros y en mucha gente a mi alrededor. Literal, dirían algo así. Y para muchos de ustedes también puede ser esa la expresión, y está bien. No es un tema en el que todos debamos estar de acuerdo. La cuestión es que yo comparto en este espacio lo que he encontrado en el marco de mi búsqueda y lo que ha resonado con mi Alma y mi corazón, haciendo que me sienta más tranquila e incluso satisfecha ante tantos interrogantes que otras filosofías y disciplinas no lograban responderme.
Lo comparto aquí por dos razones. Una es exponer las bases de mi acompañamiento en esta búsqueda personal de la espiritualidad. Dos es compartir mis hallazgos para que aquellos que tienen las mismas preguntas que yo encuentren algunas respuestas y revisen si resuenan con ellas y les pueden servir para soportar sus propias verdades. Así que, si no resuenas, está bien y si resuenas, aquí está mi relato.
Para mí, el Alma, el Espíritu y Yo Superior son un “SER” con vida propia, independientemente del cuerpo que “habiten”. Son, antes de nacer como humana, y seguirán siendo, después de la muerte como humana. En este orden de ideas tienen voluntad propia y por tanto pueden tomar decisiones que les conduzcan a un fin mayor: la iluminación y el regreso “a casa”. Es por ello que no me suena razonable que “vivan” vidas aleatorias, sin sentido, que no conduzcan a nada. Para mí, cada vida debe tener un sentido y debe ser un paso para lograr el propósito. De ser así, es muy razonable que antes de nacer y vivir una vida humana ese Ser espiritual trace un plan; al que yo llamo Plan del Alma o Programa de Vida, para esa encarnación.
Cuando yo "cuento el cuento” digo:
Antes de nacer tu Alma se sentó en una gran sala de juntas con el Gran Jefe Pluma Blanca y le dijo que quería encarnar para aprender unas cosas y manifestar otras. Entre ambos desarrollaron un plan que contemplara las “mejores” condiciones para que lograras eso que tanto deseabas. Cuando el plan estuvo concertado y “negociado” el Alma estaba lista para nacer, sabiendo que, al hacerlo, le “borrarían toda esta información” para que lograra vivir la experiencia en plenitud. Porque si sabía todo lo que iba a pasar, se sentaba a esperar y “no hacía nada”. Es decir, no vivía.
Ahora ¿Qué se “negoció”? En ese gran “salón”, se definieron las tendencias que traerías al nacer y tu predisposición a adquirir nuevas, por la influencia del entorno en el que te desenvolverías. Aspectos tan básicos como tus formas físicas y aspectos tan complejos como las características y condiciones de quienes podrían ser tus padres. Todo esto y mucho más se tranzó allí. Ahora, ¿un plan es una camisa de fuerza? Para nada en absoluto.
Aquellos que han estudiado, trabajado o conocen un poco de planeación estratégica saben que los planes no son rutas escritas en piedra. Los planes son una especie de guía que nos permite identificar propósitos, objetivos, estrategias y cursos de acción tentativos para lograr esas metas. Por eso al hablar del Plan de tu Alma decimos que son tendencias que traes y predisposición a adquirir otras nuevas para las cuales, de forma estratégica, se definen “unos recursos” que te ayuden con esos objetivos. Sin embargo, a medida que vas llevando la guía y recorriendo el camino puedes “toparte” con ciertas experiencias, circunstancias y personas que te lleven a desviarte o a tomar atajos que te permitan llegar, más tarde o más temprano, a esos propósitos. Y eso es perfecto y está bien. Te puedes desviar un poco o mucho, sabiendo que los propósitos siempre estarán ahí para ser logrados, en esta o en otras vidas. Uno nunca se salta “una materia”, pero si la puede posponer.
La pregunta que sigue entonces es ¿Se puede conocer el Plan del Alma? Y la respuesta que yo encontré es que sí. Hay diferentes formas de hacerlo. Puede ser a través de regresiones, también a través de canalizaciones como se lee en el libro “El plan de tu Alma”, meditaciones específicas, incluso a través de la carta natal astrológica y, la que yo uso actualmente, el Árbol de la vida personal. A lo mejor hay otras formas y estaré encantada de conocerlas si me las haces saber. Por lo pronto estas son las más conocidas para mí.
Sin embargo, aparece el cuestionamiento, absolutamente legítimo que me han hecho y yo me hice. Si intencionalmente me “borran” la memoria antes de nacer para no estar condicionado a ese plan del Alma, ¿por qué ahora quiero conocerlo? ¿No sería ir en contra de ese designio espiritual inicial? Yo creo que una de las grandes tareas de la vida humana es la de despertar esa consciencia “dormida” para seguir el camino trazado. En mis palabras… “me borran el casete para que yo, con mi libre albedrío, decida si deseo recuperar la cinta inicial o empezar a grabar nuevas rutas en el marco del ambiente en el que crezco y me desarrollo” Es decir, se borra el plan, pero se dejan pistas de cómo recuperarlo.
En cada uno de nosotros está el querer encontrarlo o no.
Y es que encontrarlo acarrea una responsabilidad muy grande porque no hay excusas. Si tu ya sabes el camino, ¿por qué te desvías? En mi caso particular yo quise encontrar el Plan y entenderlo, y me comprometí a llevarlo a cabo. Esto me genera una gran responsabilidad, pero al mismo tiempo me da una enorme tranquilidad porque ya no vivo la vida con tanto drama. La vivo en calidad de aprendiz permanente, sorprendiéndome, aprendiendo, integrando y madurando. Hay dos frases que me gusta mucho repetírmelas. Todo es como corresponde y todo está en orden. Desde mi condición humana tengo anhelos, metas, deseos y caprichos, por supuesto. Y hago lo que siento que puedo y debo hacer para alcanzarlos, pero luego suelto. Si fluyen y se dan están en el marco de lo que me corresponde y si no, es porque o no me corresponde o no es el momento. Por lo tanto, suelto y sigo.
Pero también es hermoso ver que cosas tan “materiales” como mi deseo permanente de vivir en una casa campestre están delimitadas en el plan de mi propia Alma. Ese fue un hallazgo bellísimo y hasta desquiciante. Te pongo literal como me salió:
“El incumplimiento del Programa de vida en cuanto a Tsade, por ejemplo, llevando una vida exclusivamente ciudadana, “de asfalto”; genera un bloqueo en el flujo de energía que puede traducirse en falta de vitalidad, pérdida de fuerza, entre otros”.
La utilidad que yo le encuentro a conocer nuestro Plan del Alma, es que podemos tener una visión de conjunto de nuestras tendencias, examinar y comprender su funcionamiento, sus interacciones, los efectos que originan en nuestro comportamiento y en nuestras relaciones, en nuestra visión del mundo y en la misma visión que tenemos de nosotros mismos. Podremos llegar a comprender por qué determinadas experiencias se repiten sistemáticamente una y otra vez, de forma a veces compulsiva, golpeando en la misma herida, que nunca se cura. (Villarubia, Haut, & Millera, 2003) Pero a su vez, tenemos una valiosísima herramienta para trabajar en nuestro autoconocimiento y desarrollo personal y espiritual. Podría decir que es la mejor herramienta.
En estas épocas de tanta “espiritualidad”, el despertar de la era de acuario y tantos desafíos; muchos se encuentran buscando formas, instrumentos, métodos, prácticas y gurús para que les digan qué hacer y cómo hacerlo. Pero todo eso está permeado de la “experiencia” y la “visión” de quien lo transmite; por lo tanto, la “fórmula” estará contaminada. Tu Plan del Alma es la guía personalizada que te ayuda a recordar que todo lo que eres y lo que te está sucediendo lo has elegido libremente. Y de esa forma, libremente y con consciencia, puedes abandonar el juego o jugarlo a fondo.
Cuando alguien me pide que le levante su Plan del Alma o Árbol personal de la vida me dispongo a estar en una actitud de total respeto y devoción porque para mí cada forma de vida es sagrada, así como su camino y su propósito. Es por ello que no se lo levanto a todo el mundo. Creo que el plan no es un instrumento más para saciar nuestra curiosidad e incluso alimentar el ego. Quien quiera levantar su Plan debe estar absolutamente comprometido en hacerse responsable y asumir los hallazgos que encontrará revelados en ese instrumento. Porque esto nos permite mirar dentro de nosotros mismos, sin ningún tipo de distorsión, llevándonos a conocer lo que verdaderamente somos. Eso solo se puede apreciar con una actitud abierta y madura para poder valorar todos los aspectos maravillosos que poseemos y aceptar la idea de que, si somos de una forma concreta y determinada, en cada plano de manifestación, del espiritual al físico, es por una muy buena razón.
Dicen por ahí:

“El que no sabe a donde va, acaba yendo a otra parte…”
(Laurence J. Peter: Las fórmulas de Peter)
Hoy por hoy, a mis 45 años y después de 9 años de haber encontrado mi propósito de vida, me digo: estuve 36 años transitando la vida en permanente aprendizaje, pero sin saber con certeza a dónde ir. Sin embargo, era necesario hacer ese camino y embriagarme de “mundo” para escoger ahora transitar el camino de des-cubrimiento (quitar lo que cubre). Un camino que me llena de felicidad, aventura y mucha adrenalina. Mas, sin embargo, debo advertirte que este viaje demanda de toda nuestra atención, toda nuestra inteligencia, todo nuestro corazón y toda nuestra fuerza unitiva. Trabajo que a muchos no les llama la atención.
En ocasiones siento la presión de muchas personas y, por supuesto, de mí en querer que este mensaje y este trabajo le llegue “a todo el mundo”, pero, la verdad es que no es para todos. Y no es porque discrimine, nada que ver con eso. Es porque pese a que estamos en la moda de lo espiritual, lo holístico, el bienestar y toda esta oleada de vida integral, entrar en profundidad con este tipo de herramientas requiere mucha responsabilidad, mucho trabajo y mucha conexión. Y muchos quieren la fórmula mágica, pero pocos hacer el trabajo. Por ello hoy estoy tranquila con esto de llegar a menos personas de las que muchos esperan, porque tengo la certeza de que quienes están haciendo este trabajo son los que son y decidieron encarnarse por un propósito muy claro que no pueden dejar pasar. Cuando llegan a mí, siempre les digo que los honro, los respeto y los admiro porque tengo la plena certeza que están aquí para algo importante y es por ello que su alma no les permitió seguir dormidos.
Gracias por estar aquí, despertar y escuchar tu maravilloso genio creador. Tu Alma, que te pide volver a tu plan, reconocerte y alinearte.
Con mi venia y mi respeto,
Pauli.
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