CUENTO No. 35: LOS ESTADOS DEL SER Cap. 8 El estado de la armonía
- Paulina Villegas
- 28 may 2023
- 6 Min. de lectura
¿Alguna vez te has preguntado cómo estás viviendo la vida y hacia dónde quieres avanzar? Lo más seguro es que la gran mayoría dirán que sí, de hecho, siento que si no lo has hecho no estarías viniendo a este lugar. La cuestión es que cuando atravesamos este sendero, la vida nos pide que revisemos con mucha honestidad lo que hemos creado y nos invita a aprender que eso que está allí manifestado es producto de lo que creemos. Por ello es un sendero que nos lleva a evaluar nuestras creencias y nuestros pensamientos para purificar lo que ya no nos sirve y nutrir lo que sí.
Para lograr estados de armonía interior, lo primero que debemos hacer es revisar nuestra mente y sus pensamientos, y una forma muy sencilla de hacerlo es escuchando nuestras propias palabras. Es paradójico, pero casi nunca nos escuchamos hablar, si lo hiciéramos nos daríamos cuenta de todo el contenido interno que debemos purificar. Pero, en fin, aquí la invitación a revisar tu estado interior es escucharte. Escuchar cómo te hablas, cómo juzgas y enjuicias al otro, al mundo, a todo. Escuchar lo que crees, lo que valoras, lo que temes, lo que odias, lo que aceptas y lo que no. En fin, escucharte te permitirá ver con total claridad las pautas que te han sido transmitidas de generación en generación y de esa forma comprender que muchas de esas cosas que dices creer, valorar, temer, odiar, etc. no son tuyas, no te pertenecen; y al darte cuenta de ello decidir reprogramar tu mente. Eliminando todo aquello que ya cumplió su objetivo o que mantenerlo en ti podría resultar patológico.
Cuando haces esto, logras armonizar y equilibrar tu mundo interior y, como tal, tu mundo exterior. Ahora bien, muchos creemos que armonía es sinónimo de pusilanimidad o flaqueza. Y nada más lejano que eso. Dentro del árbol de la vida¹ este sendero conecta la misericordia y el rigor, el amor y la severidad y nos dice que para lograr eso, la única vía es la del equilibrio interior y que es algo que se trata desde el fuero interno.
Hay dos cosas que trabajo en coaching. Una es que hago énfasis en las palabras de Jesús: … “Ama al prójimo como a ti mismo”… La condición para amar al prójimo sin duda es amarnos a nosotros mismos. Y me surge la pregunta ¿Por qué estamos como estamos entonces? … y la respuesta… Porque no nos amamos a nosotros mismos. En una clase de mi maestría en Kundalini Yoga, una maestra hermosa que tuve nos decía algo como así: …
“Acabo de ver un documental donde muestran cómo se les cortan las aletas superiores a los tiburones y parece que al cortarles las aletas ellos no pueden nadar así que descienden hasta el fondo vivos. Lo que los hace morir es el tedio de permanecer ahí inmóviles, no el corte de su aleta. Ese documental me hizo reflexionar sobre cómo nosotros poco a poco nos estamos muriendo de tedio. Nos cortamos las alas y nos quedamos en modo supervivencia, volviéndonos viejos y enfermos… Y es que saben queridos alumnos: uno no es capaz de hacerle a otro lo que no es capaz de hacerse a sí mismo. Uno hace lo que se hace así mismo”…
Nuestra sociedad está enferma de exceso de severidad y escasez de amor. No hay equilibrio y eso se manifiesta en el caos que todos los días presenciamos en nuestra vida cotidiana. Y no vayas muy lejos. Observa a tu alrededor aquella persona que es super criticona, que todo el tiempo está buscando lo malo del otro, incluso de ti. Que permanentemente señala los errores, los defectos. Ve un poco más allá y mira como se trata así misma. Cómo se habla, cómo se exige. Te aseguro que verás lo implacable que es consigo misma. De esas que no se perdonan media. Corroboras entonces que nadie es capaz de hacerle a otro lo que no es capaz de hacerse así mismo y aprenderás una de las grandes lecciones de la compasión.
Otra de las cosas que hablo también en coaching es sobre la necesidad de poner sanos límites y conocer, para luego establecer, los negociables y los no negociables. Cuando pido esto varias personas me dicen que suena egoísta; que para que algo resulte uno debe hacer ciertas o varias renuncias. Y yo replico. Cuando te sacrificas por otro, tarde o temprano te lo cobras y se lo cobras. A ti, enfermándote, amargándote, viviendo en infelicidad. Al otro, reclamándole, exigiéndole, sacándole en cara. Entonces eso de no saber poner sanos límites, tarde o temprano llevará a que las cosas salgan mal.
Amor y severidad. Hay que ponerlos en equilibrio para lograr la armonía. Primero se hace en nosotros y luego vemos cómo se proyecta en el mundo. Afuera no se hace nada. El trabajo siempre es hacia adentro.
Cuando tenemos un Plan del Alma con este sendero fuerte y bien aspectado, estamos hablando de personas que se caracterizan ante todo por su necesidad de “ser justos”, lo que en realidad significa buscar “ser exactos o precisos”. Este sendero propicia mantener a salvo la propia individualidad, pero sin afectar con ello el entorno social. Sin embargo, la defensa de su propia individualidad hace que estas personas no permitan interferencias en lo que su corazón les dicta.
Por otra parte, este sendero mal aspectado nos habla de dificultad para discernir, evaluar y juzgar con equidad, además de rígidez mental. A nivel físico nos habla de afecciones de garganta y vías respiratorias. Zona pulmonar, resfriados, gripas. Accidentes en las manos, senos, afecciones cardíacas. Pide equilibrar tu crecimiento armonizando tus luces y sombras y aprender de los diferentes aspectos de ti y tu personalidad.
Según este camino, la manera más hermosa de hacernos justicia es tomando responsabilidad sobre nuestro destino y sobre la manera en la que los pensamientos y sentimientos manifiestan determinada realidad en nuestra vida. Cuando nos hacemos justicia, no nos juzgamos ni nos “damos palo” con pensamientos que conducen a la culpa o el miedo. Tampoco nos victimizamos, porque sabemos que vernos desde ahí nos desconecta completamente de nuestro poder. Ser justos con nosotros mismos es vernos desde nuestra magnificencia. (Cabrera, 2021)
Yo tengo un dicho que repito mucho, casi que es mi mantra personal, y es: TODO ESTA EN ORDEN. Sin embargo, en los últimos tiempos lo he dejado de decir con tanta frecuencia como lo hacía antes y he visto que, en ocasiones, percibo el desorden y este logra desestabilizarme. Me di cuenta de esto porque en los últimos meses me ha llegado mucha información buscando recordarme mi mantra y traerme de nuevo a ese estado de equilibrio y armonía en el que me gusta mucho estar. De hecho, si me preguntaran ¿cuál es mi meta de iluminación? Yo respondería lograr vivir en estado de Todo esta en orden todo el tiempo. En certeza absoluta que todo es perfecto como es, sin ver caos en la polaridad.
De los mensajes que me llegaron quiero compartirte estos en este cuento de la semana (Demartini, 2002).
Estamos aquí para ser completos y lo positivo y lo negativo son los dos lados que nos lo enseñan
No estamos aquí para juzgar o para ser positivos o negativos. Estamos aquí para amar y abrazar ambos lados
Cuando usted se ama así mismo, nada puede alterarlo, pues solo pueden atacar automáticamente aquello que usted no ama de su persona.
Todo lo que usted haga, bueno o malo, positivo o negativo, le sirve para aprender sobre el amor.
Si usted se da permiso para ser totalmente humano, se acerca a lo divino.
Finalmente deseo terminar este cuento del camino con este párrafo hermoso que me llego en mi recorderis que la vida es perfecta tal y como es. Que mi mayor tarea es mantenerme en armonía y en equilibrio y cuando estoy allí, me encuentro en el estado de presencia, el verdadero estado del amor.
“Cuando uno sabe que los problemas no son tan terribles y que las cosas buenas tampoco son tan extraordinarias, es posible agradecer en paz lo que pueda ocurrir. El equilibrio no es ni pesimismo ni optimismo. No se inclina hacia un lado ni hacia el otro, sino que permanece en el centro. Se trata de un agradecimiento que consiste tanto en sabiduría como en verdadero poder. Todas las cosas están equilibradas, y cuando uno lo sabe permanece fiel así mismo y no se deja controlar por las esperanzas ni los miedos. Uno permanece presente en su camino.
Cuando uno se adentra en la fantasía de los mejor y de lo peor, buscando la ilusión de unos prados más verdes, nunca esta presente o satisfecho con la vida como es” (Demartini, 2002)
Y la vida como es… es perfecta.

Nos leemos en otro cuento del camino.
Pauli
¹Herramienta que uso, con otras, para levantar el plan del alma de una persona.
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