CUENTO No. 45: LOS ESTADOS DEL SER Cap. 18 El estado de la exploración
- Paulina Villegas
- 29 ago 2023
- 5 Min. de lectura
Es necesario «abrir la luz» del conocimiento sobre nosotros mismos antes de actuar. Valorar qué sentimos, qué pensamos y qué deseamos realmente en nuestra vida para poder avanzar en el camino deseado
¡Que cuento tan demorado! Estoy de acuerdo. La cuestión es que estos últimos senderos, cuando los trabajas en serio buscando integrarlos, te pueden revolcar un poco; y pese a que desde hace algunos años vengo trabajándolos ellos siguen moviendo cosas en mi interior, por lo que a veces una semana para integrarlos es poca y me lleva a demorarme con la entrega del cuento un tiempo más, como esta vez.
En este cuento del camino hablaremos de la Luna. El Arcano No 18 del tarot que representa gráficamente este estado del ser. En dicho estado se da un intercambio de información entre el nivel emocional y el plano físico mostrándonos una comunicación que no es fácil. Es por ello que este es un camino de estudio, de investigación, de exploración… de nosotros mismos. De nuestra forma de sentir y de nuestra forma de actuar para revisar el nivel de coherencia en el que vivimos.

Este estado nos invita a llevar a cabo el gran trabajo de develar lo que esta oculto en el inconsciente. Eso que hay que hacer con aquello que no vemos, que esta velado, que no hemos podido integrar y, en ocasiones, que ni siquiera sabemos que tenemos; como las creencias, contratos, lealtades que cargamos y que están enterradas en las zonas más profundas de nuestra mente.
Alexandra Cabrera en su libro el camino del tarot, propone 3 caminos para avanzar en este sendero:
El primero es el camino de la intuición. Un camino que pide que vayas más allá de tus limites, saliendo de tu zona de comodidad para entrar en terrenos que no son gobernados por la razón. Para mí la intuición es la voz de Alma y la forma en la que puedes distinguirla es diferenciándola de la otra voz en tu interior. Tengo la certeza que todos tenemos dos voces hablándonos “dentro de la cabeza”. Una es sutil, habla bajo, solo dice las cosas una vez y no justifica. La otra, habla duro, dice las cosas muchas veces, justifica y analiza todo. La primera es la de la intuición, por supuesto.
Te invito a que hagas una prueba muy sencilla. Antes de salir de casa o del trabajo o de algún lado… pregúntate por dónde me voy. La voz de la intuición te va a decir por “tal lado”; e inmediatamente vas a escuchar la otra voz que te va a decir: por allá no, la última vez que pasamos había un trancón terrible, es mas corto por aquí, etcetcetc.
Conectar con la intuición es así de sencillo. Sin embargo, también puedes meditar, realizar visualizaciones, entrar en contacto con la naturaleza, practicar reiki, trabajar con el tarot, entre otras cosas.
El segundo es el camino de la madre cósmica. Este camino te habla del gran trabajo de sanación con tu madre y todo el linaje femenino de tu familia materna. “La luna te pide convertirte en tu propia madre, darte todo lo que necesitas, protegerte, escucharte y amarte. También te recuerda nutrirte con consciencia, cuidar de tu cuerpo y de tu espíritu y alimentarlo con pensamientos y emociones amorosas” (Cabrera, 2021)
El tercero es el camino de las emociones. “Las emociones van y vienen, llenan nuestra vida, las respiramos, las palpamos, las sentimos y las vivimos; las valoramos, las apreciamos, las integramos y las dejamos partir; las ignoramos, las escondemos, las desatendemos, no las entendemos, nos peleamos con ellas, nos avergonzamos de ellas. Hay quien las considera una interferencia y piensa que viviría mucho mejor sólo con una mente científica y fría. Hay quien permite que asuman el control y, dejadas a su albedrío, actúa de forma poco inteligente. Y, no obstante, en el complejo mundo actual no debemos ni podemos prescindir de ellas ya que nos indican si lo que llevamos a la práctica, dictado por nuestro instinto o nuestra mente, nos equilibra o nos desequilibra y enriquecen con sus tonalidades nuestros paisajes vitales. Si nos permitimos sentirlas, si las atendemos, si las traducimos e incorporamos su información a nuestro mapa de realidad, sabremos qué caminos nos convienen y cuáles debemos evitar. Son nuestras aliadas, un regalo que la evolución ha puesto a nuestra disposición reflejo de cómo nos relacionamos con nosotros mismos, cómo manejamos nuestras relaciones con los demás y de cómo nos posicionamos en el mundo” (Conangla & Soler, 2014)
Para mí las emociones son el lenguaje del Alma. Lo digo porque ellas nos permiten comprender en que cosas debemos trabajar internamente para tener mayor bienestar y que cosas debemos conservar en pro de ese mismo bienestar. En el marco de mis observaciones del comportamiento humano me he dado cuenta que los cambios trascendentales que se dan en nosotros, tanto a nivel individual como colectivo, siempre están precedidos por una fuerte descarga emocional que nos hace ver cosas que antes no veíamos. Las grandes crisis vienen acompañadas de emociones “no chéveres”, que cuando son trabajadas, a través de un estado como este, nos llevan a conocimientos profundos sobre nosotros, lo que nos mueve y lo que nos estanca.
Este sendero en un Plan del Alma bien aspectado nos habla de personas que buscan encontrar el sentido profundo de la vida estudiando la psiquis. Son personas que no solo exploran su propia oscuridad, cooperan para llevar luz a los demás; tanto a nivel físico, como emocional, mental y espiritual. Son personas con una fuerte necesidad de mover el cuerpo y manifestar así sus aspectos emocionales. Tienen buena capacidad para acercarse y relacionarse con los animales y buscan disfrutar de la vida por encima de los problemas.
Por su parte, este sendero mal aspectado nos habla de hipersensibilidad emocional que se traduce en comportamientos extremos en las relaciones con los demás. Comportamientos que pueden llevar a lo patológico, pues la persona está obsesionada con experimentar emociones fuertes. Personas super susceptibles, de difícil trato, que están buscando problemas todo el tiempo. A nivel físico, los bloqueos en este sendero degeneran en dermatitis, soriasis, acné, erupciones cutáneas. Lesiones y problemas reumáticos en los pies, especialmente el derecho. Problemas sexuales, tanto orgánicos como funcionales.
A nivel energético: expresión y manifestación de estados emocionales. Tendencia excesiva al erotismo. Tristeza, depresión, melancolía; y a nivel emocional: dificultad y temor en percibir energías sutiles. Temor a la magia elemental y a lo sutil. Dificultad en la expresión corporal. Miedo al ridículo. Dificultad en expresar emociones en la intimidad y en comprender la comunicación no verbal.
Yo decidí llamar a este sendero el Estado de la Exploración porque es un sendero que nos invita a recorrer el camino de regreso. De regreso a nosotros. Ese es el verdadero objetivo de este proceso, el reconocimiento de nosotros mismos. La percepción correcta de lo que significa la expresión “YO SOY”. Creo que ese es el verdadero regalo de un proceso serio y profundo de “Retrospección”
Y ahora quiero finalizar este cuento con la frase de Mary K. Greer que resume perfectamente lo que he compartido en este cuento contigo.
El transitar este sendero con juicio y voluntad me lleva a decir: “Me siento impulsada a evolucionar más allá de mis miedos e inseguridades. Estoy dispuesta a recorrer el camino del autoconocimiento a través de los reinos inferiores desconocidos de mí misma”
En amor
Pauli
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